En correos filtrados por Melissa Strickler, una auditora de calidad de Pfizer, altos cargos de la compañía admiten que se utilizó material celular fetal en la elaboración de las vacunas. En uno de esos correos, además, se insta a ocultar la información por la alarma que se podría generar en el público. Con posterioridad, se ha sabido que todas las vacunas covid (Moderna, Janssen, etc) utilizaron material similar de distintos orígenes.